miércoles, 28 de abril de 2010

AYMARA

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Por "pueblo aymará" entendemos al conjunto de individuos que tienen como lengua materna al aymará y también a las personas y grupos que claman para sí su identificación como aymarás. La lengua aymará está muy difundida y la hablan diversos grupos indígenas como los Qullas, Lupaqas, Qanchis, Carangas, Lucanas, Chocorvos, Chichas, y otros.
Los aymará fueron conquistados por los incas en el año 1450, cuando formaban unos 80 reinos dispersos en un amplio territorio y enfrentados entre sí. En Chile el pueblo Aymará habita en dos zonas del norte, concentrándose principalmente en las Regiones de Tarapacá (I) y Arica y Parinacota (XV); y en menor proporción, en la Región de Atacama (II).
El pueblo Aymará es un pueblo milenario dedicado al pastoreo y a la agricultura usando técnicas ancestrales de cultivo. Tienen una economía complementaria, ya que los que viven en el altiplano poseen abundantes rebaños y escasos cultivos, mientras que los que lo hacen en la precordillera producen bastantes verduras frutas y semillas gracias al eficaz uso del suelo, mediante las tradicionales terrazas.
Debido a estas condiciones se generan relaciones de intercambio de productos entre pastores y agricultores. Esta forma de subsistencia se basa en el principio del ayne, que se refiere a la reciprocidad entre los aymarás: la petición de ayuda en el presente, será correspondida en el futuro.

LA COSMOVISIÓN AYMARÁ

El Aymará concibe su hábitat como el medio andino que dio origen y bienestar a la comunidad. Para él existe una sola realidad conformada por dos ámbitos: el medio natural y el mundo sobrenatural. La cosmovisión Aymará se formó en diferentes épocas pasadas y refleja los grandes cambios de su historia. Es una visión religiosa que sacraliza la naturaleza y legitima la posición del hombre sobre ella. Así es como hoy denominan Costumbre a los ritos religiosos basados en sus antepasados y Religión a los rituales y símbolos de origen cristiano.
La parte más antigua es la dirigida a los Achachillas o Mallkus, que son los espíritus de las montañas nevadas que circundan sus pueblos, a la Pachamama, y a la serpiente Amaru, vinculada a la subsistencia por las aguas, ríos y canales de irrigación de las tierras agrícolas (3.000 a 2.000 m. de altura).
El sistema de creencias Aymará es un ciclo ritual sincrético, en el cual coexisten y se integran dos componentes: el prehispánico, o sistema de creencias indígenas, anterior a la llegada de los conquistadores, y la religiosidad posthispánica que introduce la religión católica. El culto Aymará, sin embargo, es uno solo. Es un culto anual que se desarrolla al ritmo de las estaciones.
Estos son los tres espacios espirituales del Aymará:
El Arajpacha simboliza la luz y la vida. Es el este u Oriente es lo que está adelante porque es el origen del agua y de la vida, el sol y las lluvias nacen allá, también significa dios cultivador y hacia allá se dirige la mirada (templos y casas deben mirar hacia él).
El Akapacha es el centro, son los valles y quebradas, es lo que está cerca, o Acá, donde habita el hombre Aymará, es el espacio que queda entre el cielo y el infierno o entre la vida y la muerte.
El Manquepacha simboliza la muerte y la oscuridad. Es el oeste. Allí es donde se pierden las aguas y termina la vegetación; es el desierto y también la dirección donde van los muertos. Allá se fue Viracocha, el dios creador y cultivador de Los Andes, (el que partió hacia la Gran Cocha) el Océano Pacífico, después de haber terminado su
obra de creación

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El principio del Tinku es del equilibrio y la reciprocidad entre él, la comunidad y estos espacios. (Tinku viene del verbo Tincuy; emparejar, equilibrar, adaptar). El Aymará persigue el Tinku entre el Arajpacha y el Manquepacha. El trata de vivir en armonía, buscando ser sabio en el Akapacha sin caer en los extremos.
Este culto se articula en torno a tres divinidades claves, sobre las cuales es posible construir la imagen de una mesa apoyada en sus tres patas. Una de ellas es el Mallku (espíritu de las montañas que circundan sus pueblos); la otra es la Pachamama (madre tierra, cuyo culto se realiza en la zona altiplánica) y la tercera, Amaru (la serpiente que se liga a la economía de las aguas de los ríos y canales en la zona agrícola). Estas tres divinidades simbolizan lo que se denomina Acapacha o mundo de acá.
Mallku (espíritu de las montañas que circundan sus pueblos) : El Mallku halla su mejor representación en el cóndor, animal majestuoso y respetado. En una fecha movible, en el mes de enero, se realiza su culto en la falda del cerro. En el lenguaje ritual, esta celebración se conoce con el nombre de Día del Compadre. En orden de importancia del culto aymará, el Mallku representa la cumbre, no sólo geográfica, sino también jerárquica.
Pachamama (madre tierra, cuyo culto se realiza en la zona altiplánica) :Más abajo, no ya en las frías cumbres sino en el altiplano propiamente tal, se enseñorea con su bondad y también con su indiferencia o castigo, según sea el caso, la Pachamama. En enero o febrero, en el corral de los animales se lleva a cabo la fiesta del Floreo de los Llamos. El puma, el lagarto o el sapo son los animales que indistintamente la simbolizan.
Para entender lo que representa la pachamama, empezaremos por decir que este término está formado por dos vocablos pacha y mama. El primer término, de claro origen aymará, se suele traducir como tierra, pero su real significado es espacio y tiempo, y no uraqi ( tierra física), como suele confundirse.
Según la tradición meztiza, se asocia a pachamama con la madre tierra, e incluso con la Virgen María, pero en el contexto aymará esta "deidad" suele relacionarse con la fertilidad exhuberante, los alimentos y la protección. Pachamama sería una categoría cósmica que mantiene un vínculo de correspondencia y reciprocidad con la sociedad aymará. "Ella" les brinda el fruto de su esfuerzo a los hombres, y ellos, a cambio le ofrecen "pagos" en libaciones en el ciclo agrícola vital, en épocas determinadas del año.
Amaru (la serpiente que se liga a la economía de las aguas de los ríos y canales en la zona agrícola) : Amaru, por su parte, tiene que ver con el agua que corre por los ríos y vertientes que hacen posible el sueño de que la semilla se transforme en hortalizas. Se relaciona con la precordillera, zona apta para la agricultura. El pez y la serpiente son los animales que lo simbolizan y su fiesta, en el mes de agosto, es la limpieza de los canales que se lleva a cabo en los campos regados.
El culto a estas tres deidades representa la más antigua celebración de los aymarás de la actualidad y en la que el jefe de familia, el más antiguo y depositario de la tradición, es el que oficia de celebrante. El centro neurálgico de esta celebración está en el culto a la fertilidad, al agua que da la vida; a Mallku como generoso dador de aguas de las montañas; a la pachamama como modelo de la generosidad, por cuya voluntad los campos pueden vestirse de verde; a Amaru, como el principio que distribuye las aguas de riego que bajan presurosas por los canales y terrazas, que el hombre andino construyó como quien pone estantes de libros en la pared. Estos tres elementos, son los que permiten que el llamo, el hombre y la mujer enciendan la llama de la vida.
La mirada de los aymarás siempre tiene como su principal objetivo el Oriente. Allí se genera la vida, en el nacimiento de las aguas. De ahí que sus casas y templos siempre están mirando respetuosamente hacia los Mallkus. El Occidente, por otro lado, indica el signo contrario. Allá van las aguas que van a morir de sed al desierto de Atacama. En esa dirección también se marchó Wiracocha, el dios creador andino, una vez que creó la vida.
Acapacha es el mundo de los aymarás que se agota en sí mismo. No existe en la concepción aymará la idea de un edén y de un paraíso final. Es un mundo en el que la presencia de estas deidades participa diariamente en el drama de la vida, drama en el sentido que importa. La vida se produce y reproduce en términos cíclicos y los especialistas religiosos de este culto son los propios aymarás.
RITUALES

Anata (El Carnaval)
clip_image002[6]La anata aymará (que empieza y termina un domingo), más conocida como carnaval, es una de las festividades más difundidas en la comunidad andina. Esta celebración está íntimamente ligada as las chacras pues se rinde culto al padre de ella ispallanaka. La festividad es compleja hoy día, pues, se halla llena de concepciones cristianas. Pese a ello se pueden distinguir varios elementos característicos.
El primero de ellos es la personificación del carnaval en un viejo o una vieja (ño carnavalón) u otro personaje. Algunos sostienen que puede ser la personificación de un achachilla, malku o ispallanaka.
Otro aspecto característico de este carnaval es la festividad con música de tarkas (que sólo puede ser tocada en épocas de lluvias), serpentinas y challa. Sin profundizar mucho, podemos decir que existen tres días sobresalientes en esta festividad. El lunes de carnaval está dedicado a culto de ispällanaka, martes de carnaval y días siguientes son dedicados a visitar las casas de amigos, parientes, compadres; finalmente la cacharpaya o ultimo día es la celebración de despedida del carnaval hasta el otro año.
Q'uwancha
Es una ceremonia realizada con q'uwa en las chacras y potreros de los agricultores aymarás. Los cultivos de terrenos de papa, principalmente son festejados con tarqueadas, y adornados con serpentinas y membrillos. En las chacras se hace un "pago" aymará, consistente, en una mesa dulce, libaciones de alcohol, incienso y copal.
Esta tradición tiene variaciones , de acuerdo al pueblo del que se trate, incluso tiene otros nombres de acuerdo a las localidades andinas.
Floreo o Wayñu
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Metafóricamente se dice que este ritual es para celebrar el matrimonio de los animales (ganado). Esto coincide con la época de lluvias en los camélidos, y con el invierno en las ovejas. En la ceremonia se utilizan normalmente elementos materiales y simbólicos de la cultura aymará. Concluida la ofrenda a los espíritus tutelares, se hace la siguiente recomendación al ganado.
"Ahora son los que van a procrear, por ustedes es que nosotros vivimos, nunca nos van a olvidar... ahora coman y beban porque es su día" (Ochoa, 1988).
Después de esta recomendación se les arroja mixtura y se les ch'alla con vino. se le colocan flores de lana, (aros: t'ikacha) y serpentina al ganado simbolizando su unión. Más tarde se les tiñe la cabeza y el pecho de rojo, (en algunos lugares se usan las flores de cardenal) y le cuelgan una campanilla.

MÚSICA Y BAILES
En las comunidades aymarás y quechuas las fiestas han conservado su significado ritual. Música y baile no sólo representan la solidaridad del pueblo indio con su tierra, sino tambien expresa la unión de los comunarios. Particularmente se lo nota en las tropas de sicuris cuyos instrumentos de diferentes tamaños se complementan; su interpretación requiere una perfecta coordinación entre dos ejecutantes. Es en casi todas las expresiones musicales aymarás que se ejecutan y complementan 2 personas. Hombre -Mujer , Mujer - Mujer, Hombre – Hombre.
Las danzas tradicionales son una parte muy importante de las ceremonias en las cuales aún hoy en día, se venera a la madre tierra .
En toda la zona andina, aunque en formas diversas, se hallan gran variedad de rituales; sin embargo, el significado es el mismo: ritos de fertilidad y sacrificios de agradecimiento (Ch'alla) a la Pachamama. Estas danzas son: Los mollos, Danza del Inca, Mokolulu, Monseñada, Chiriwana, Thanthas, Waka-waka, Kena-kena y Auki-auki.
Casi todas estas manifestaciones de música y danza aymará ya no existen, sea por evolución, sea por pérdida. Uno de los instrumentos musicales de esa época, ha sido el phunkhullu , que según diferentes hallazgos arqueológicos tuvieron también una evolución en su confección desde la arcilla, pasando por materiales óseos, hasta llegar a las actuales cañas de diferentes vegetales, especialmente el bambú (suqusa, siqusa) de la zona de la Yungas y valles bajos interandinos.
La caña de bambú, permite el invento del sicus y la aparición del sicuri (siqus phusiri).
Entre los descendientes actuales del phunkhullu son notables los pinkillos, chacallos, quena-quenas, moseños, lawa k'umus y tarqas.
Después de la introducción de la guitarra española, es inventado el charango khirkhinchu, todo indica que en algún lugar del norte del actual Potosí (Bolivia).
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INSTRUMENTOS MUSICALES

Pincullo o Pinquillo (aerófonos)
Flauta vertical de caña, que mide cincuenta centímetros, con boquilla en su extremo superior. Emite un sonido más agudo que el de la quena.

Pusa o Sicura o Sicus (aerófonos):
Es conocida por su nombre europeo de Zampoña. Está formada por doce cañas huecas clip_image008[6]colocadas en dos hileras de menor a mayor, amarradas en escala, que al soplarlas emiten determinadas notas musicales. El extremo contrario de las cañas está cerrado. Una zampoña no puede reproducir una melodía completa dada las pocas notas que tiene. Para lograrlo se reúnen varios intérpretes, donde cada uno ejecuta una Zampoña distinta, construyendo así melodías completas y de riquísimos matices. Es costumbre que los tocadores se reúnan con acompañamiento de percusión.
Charango (cordófono):
Guitarrilla, réplica indígena de la guitarra española, cuya longitud total aproximada
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alcanza a sesenta centímetros. El mástil es de madera, semejante al del instrumento europeo, la parte delantera o tapa tiene la forma de ocho, como la guitarra, la caja de resonancia es de caparazón de quirquincho. Su encordado lo componen diez cuerdas afinadas en cinco órdenes dobles, por lo común metálicas. En Chile se usa en el Norte grande hasta la provincia de Antofagasta.

Ocarina (aerófonos):
El uso de la Ocarina se ha ido perdiendo en el norte chileno; pero se mantiene en Putreclip_image012[6], en la zona de Belén en Aiquina y en el altiplano Boliviano. Su longitud varía de los 15 a 28 centímetros y su diámetro va desde los 5 a los 10 centímetros. Es tan difícil de hacer como de ejecutar, por eso se va perdiendo su uso.
clip_image014[6]Bombo (Membranófono - Percusión) :
El uso de este instrumento, se introdujo después de la llegada de los españoles. consiste en un trozo de tronco hueco, tapado en un extremo por cuero de llama


Semillas o chhulluchhullu (idiofóno - Percusión)
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este instrumento es una pequeña vasija, llena de semillas